En el mundo del diseño, el color es mucho más que una elección estética; es una herramienta poderosa que comunica, evoca emociones y define identidades. Sin embargo, cuando se trata de la colorimetría personal—la práctica de identificar los colores que mejor armonizan con las características individuales—surge una pregunta provocadora: ¿estamos ante una ciencia fundamentada o simplemente ante una moda sin base empírica?
Primero, para poder comunicarnos con con fundamentos, deberíamos empezar por explicar en que consiste la colorimetría:
¿Qué es la colorimetría?
La colorimetría es la disciplina que estudia la medida y percepción del color. En el ámbito del diseño y la imagen personal, se refiere al análisis de cómo los colores interactúan con las características físicas de una persona, como el tono de piel, color de ojos y cabello, para determinar qué paletas cromáticas le favorecen.

Fundamentos científicos
Johannes Itten y la teoría del color
Johannes Itten, miembro de la Bauhaus, desarrolló una teoría del color que aún hoy es fundamental en el diseño. Introdujo la rueda cromática y los contrastes de color, estableciendo armonías basadas en principios matemáticos y perceptivos. (Info de: munsell.com)
El sistema de Munsell
Albert H. Munsell creó un sistema tridimensional para describir los colores según tres atributos: matiz (hue), valor (luminosidad) y croma (saturación). Este modelo permite una representación más precisa y cuantificable del color. (Info de: Fundación Colorearte)
La colorimetría personal y las estaciones del color
Primavera
Verano
Invierno
Otoño




Primavera: Colores cálidos y brillantes; piel con subtonos dorados.
Verano: Tonos suaves y fríos; piel con subtonos rosados.
Otoño: Colores ricos y terrosos; piel con subtonos cálidos.
Invierno: Colores intensos y fríos; piel con alto contraste.
¿Ciencia o Brujería?
La colorimetría personal combina elementos científicos, como la teoría del color y la percepción visual, con aspectos subjetivos relacionados con la estética y la psicología del color. Si bien no es una ciencia exacta, ofrece un marco útil para comprender cómo los colores pueden influir en la percepción y la comunicación visual
En conclusión; para los profesionales del diseño, la colorimetría es una herramienta valiosa que, al aplicarse con criterio, puede enriquecer la interacción entre el color y la forma, mejorando la eficacia comunicativa de sus proyectos. Aunque no es una ciencia exacta, su aplicación consciente y fundamentada puede marcar la diferencia entre un diseño efectivo y uno que no logra conectar con su audiencia.