
Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza. Desde pequeños, buscamos la compañía de otros para pasar nuestro tiempo y encontrar en ellos un apoyo que no tenemos claro el por qué pero sabemos que nos hace sentir felices llenos.
Esta acción innata de los seres humanos se amplifica en la sociedad actual. Nada está preparado para que se haga solo en su totalidad, siempre buscamos la ayuda, opinión o simple compañía de terceros. Como es de esperar, el diseño no es más que una prolongación de esta acción, la idea del “diseñador-genio” que trabaja solo y resuelve todo está desactualizado. En el mundo real —el de los proyectos, los plazos y los resultados—, el diseño no ocurre en aislamiento.
Hoy en día, en donde la frase “todo esta inventado” está a la orden del día, trabajar solo implica cavarse tu propia tumba. No me malinterpretes, una buena idea individual puede ser genial, pero sin un buen equipo para respaldarla nunca llegará a ser una solución extraordinaria.
¿Por qué es tan importante el trabajo equipo y conocer las técnicas para que esta interacción exprima su máximo jugo?
- Visión ampliada y enriquecimiento conceptual: cada persona es única, lo que implica que ni una sola persona de las billones que conviven en el planeta piensa de la misma forma. Entonces, ¿Por qué debemos de crear productos basados únicamente en nuestra experiencia?
- Feedback constructivo y mejora continua: Muchas ocasiones, al trabajar solos, nos quedamos en la superficie del tema. Las preguntas que nos planteamos son limitadas y nuestra visión en la temática también. Es necesario preguntar y comentar para que el trabajo que realicemos tenga sustancia y aporte algo nuevo.
- Comunicación fluida = resultados más coherentes: En proyectos de diseño web, por ejemplo, la coherencia entre lo visual y lo funcional es clave. Si los diseñadores UI trabajan codo a codo con los desarrolladores, el diseño no solo se ve bien: funciona bien.
- Diseñar juntos no es solo más efectivo: es más estimulante, más humano y más real. En un mundo cada vez más colaborativo y transversal, los diseñadores que saben trabajar en equipo tienen una ventaja enorme. La creatividad compartida no diluye tu voz: la potencia.
En conclusión, es de suma importancia rechazar los egos y vivir en armonía. Un gran equipo necesita más que talento: necesita humildad, escucha activa y capacidad de adaptación, puesto que colaborar no es ceder tu visión, es enriquecerla con otras.